Simuladores de resultados: Una herramienta que genera controversia
Desde rinoplastias hasta liposucciones, el mundo de la cirugía plástica ha visto un crecimiento en la popularidad de los simuladores de resultados entre algunos profesionales. Gracias a los avances tecnológicos, hoy contamos con software y aplicaciones que permiten visualizar, a través de imágenes digitales y tecnología 3D, los posibles resultados de un procedimiento estético o quirúrgico.
Expectativas poco realistas: El lado oscuro de la tecnología
Uno de los mayores riesgos asociados al uso de estos simuladores es que los pacientes pueden desarrollar expectativas desmesuradamente altas, rozando la perfección, las cuales suelen distar mucho de la realidad. Las imágenes generadas a partir de una fotografía no reflejan la complejidad de una cirugía, ni las características individuales de cada persona. En el quirófano, los cirujanos plásticos se enfrentan con tejidos biológicos en constante cambio y múltiples factores que escapan a la precisión de un software. Además, la experiencia y formación del cirujano juegan un rol crucial en el resultado final.
La interacción de todos estos elementos queda muy distante de la supuesta “precisión” de un simulador computarizado. La cirugía plástica no es una ciencia exacta; los imprevistos pueden surgir y la recuperación es un proceso que influye enormemente en el resultado definitivo. Esta recuperación es larga y variable, con resultados que pueden tardar hasta 12 meses en manifestarse completamente. Durante ese tiempo, el compromiso del paciente para seguir las indicaciones postoperatorias es esencial, y el tipo de operación realizada también influirá en el resultado final. Las expectativas iniciales generadas por los simuladores pueden llevar a frustraciones y desilusiones si los resultados no se alinean con lo prometido por las imágenes idealizadas.
La comunicación como pilar fundamental en la cirugía plástica
Es imperativo que el cirujano plástico mantenga una comunicación abierta y honesta con el paciente, explorando y gestionando sus expectativas y deseos. Debemos explicar las variaciones que pueden surgir durante y después de la cirugía, los tiempos de recuperación y los resultados que son alcanzables con las técnicas quirúrgicas actuales, siempre teniendo en cuenta el caso particular de cada paciente. Es frecuente que los pacientes lleguen al consultorio con la expectativa de lograr resultados similares a los de una celebridad, un amigo o un familiar; sin embargo, cada caso es único y, por lo tanto, los resultados también lo serán.
La realidad por sobre la ilusión
En definitiva, si bien los simuladores de resultados pueden ser una herramienta atractiva, también son una fuente potencial de expectativas irreales que pueden derivar en frustraciones postoperatorias. En lugar de depender exclusivamente de estas tecnologías, es mucho más valioso para el paciente y el cirujano plástico cultivar una relación basada en la honestidad y en la comprensión de las limitaciones reales de cada procedimiento. La comunicación clara y sincera es el mejor camino para asegurar que las expectativas se alineen con los posibles resultados, garantizando así una experiencia satisfactoria tanto para el paciente como para el profesional.